¿Por qué?

Vivimos en un mundo definido por la velocidad de los cambios. Un mundo que necesita cada vez más de ideas, de pensamientos, de valores humanistas, de la empatía. ¿Cómo dotamos de significado a los cambios de hoy?
Quienes se desenvuelven en las Humanidades y en las Ciencias Sociales suelen ser quienes plantean las preguntas esenciales. Los que cuestionan el status quo. Los que, en medio del vertiginoso ritmo de la inmediatez, de los resultados, de la productividad, se preguntan por el sentido de lo que hacemos, el sentido del ser humano.
¿De qué modo participamos en la globalización si no comprendemos quiénes somos y qué es aquello que nos hace singulares como personas, como ciudadanos, como nación? Sin las Humanidades no es posible traer al presente las lecciones del pasado, ni comprender mejor lo que nos hace humanos a través del arte y otras manifestaciones de la cultura, ni dotar a los acelerados cambios científicos y tecnológicos de un marco ético. Sin las Ciencias Sociales -como la Economía, la Sociología, la Geografía-, no es posible transformar el crecimiento económico en verdadero desarrollo: aquel que, más que riqueza, lo que crea es una sociedad equitativa, justa, creativa, humana.
Textos y entrevistas del sitio: Carmen Sepúlveda, periodista.

¿Qué papel ha jugado la infancia, las niñas y los niños en la historia de Chile, sus experiencias, sus derechos?

Abril, 2016 | Calidad de vida, Entrevista, Sociedad

Soledad Zárate

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¿Qué sabemos de la educación, el trabajo y la salud infantil? ¿Del lugar que tenían niños y niñas en las familias urbanas y rurales? ¿Cómo ha evolucionado la infancia en el arte, en la publicidad y en las políticas estatales dirigidas a su protección?¿Qué significa nacer hoy en nuestro país?  Estas y otras preguntas nos interesa conversar en  la Primera Jornada de la Historia de la Infancia, un encuentro que organiza la Universidad Alberto Hurtado en conjunto con la U. Diego Portales y la P. Universidad Católica de Chile. 

Según la Doctora en Historia y académica de la U. Alberto Hurtado, Soledad Zárate, la historia de las políticas dirigidas a la protección de la salud infantil son reveladoras de los cambios en las relaciones familiares y del lugar que la infancia tiene en la historia social del país. Un ejemplo categórico es el descenso de la mortalidad infantil durante el siglo pasado: en 19o0, de cada mil niños nacidos morían 342; en 1950 dicha cifra descendía a 153 y el 2003 solo 7,8. Las consecuencias de la derrota de la muerte temprana de niños y niñas son múltiples y tuvieron impacto en las familias, la economía, la cultura popular  y hasta en las campañas políticas.

Según el último Censo la población chilena entre 0 y 14 años es de un 3,9 millones, lo que representa el 20% de los chilenos. A diferencia de lo que sucedía hace 30 años atrás, este grupo social constituye una preocupación no solo en materia sanitaria o educativa. Hoy día ellos son agentes importantes, por ejemplo del creciente consumo y de la tecnología, y también victimas frecuentes de las redes de pornografía y tráfico de personas  Las preguntas que los académicos de diversas disciplinas, se han hecho es: desde cómo están naciendo los niños hoy, por qué se tienen menos hijos, cómo juegan, cómo se trabaja su imagen en el cine chileno, en el teatro, en la televisión.

-¿De qué trata esta Primera Jornada de la Historia de la Infancia?

Invitamos a los investigadores de las ciencias sociales y de las humanidades a debatir sobre el pasado y presente de la población infantil chilena, a presentar y problemáticas antiguas y nuevas fuentes que nos permitan enriquecer su pasado, a presentar testimonios que recogen su experiencia directamente y así contribuir al fortalecimiento de la memoria infantil.

Según Zárate que se dedica la  historia de la medicina, de las políticas sanitarias y las relaciones de género, como país hemos tenido profundas transformaciones.

¿Qué políticas públicas  dirigidas  al bienestar de los más pequeños destacan?

Un paso significativo fue en los años 30 fue la creación de la Caja de Seguro Obligatorio, que permitió a los hijos de obreros y obreras recibir apoyo  estatal que se tradujo en políticas de asistencia al recién nacido, de alimentación y de subsidio a la lactancia.. En adelante, es posible observar que pese a las diferencias ideológicas de los gobiernos de Allende, de Frei,  de la dictadura y hoy de Bachelet, por ejemplo a través del Programa Chile Contigo es posible señalar que la preocupación por la salud infantil en sus primeros años ha concitado amplio consenso entre la clase política chilena.

Otra de las grandes discusiones son las cifras  referidas al trabajo infantil. Según la Organización Internacional del trabajo (OIT)  215 millones de niños trabajan en el mundo y 100 millones lo hacen en situación de riesgo. “La población infantil trabajadora evidencia pobreza”, comenta la académica. Pero también es cierto que han existido y existen agrupaciones organizadas por niños que han pedido valorar la contribución que ellos hacen al sostenimiento de sus familias.

La preocupación por la historia de la infancia nos permite conocer más de cómo ha sido el maltrato, el abandono, la situación de vulnerabilidad que ha afectado a una parte significativa de la población infantil, como también la historia de los juegos  y los cambios en los modelos de crianza.

El rol de los hombres como padres o tutores de niños y niñas es otro de los temas que la historiadora invita a conversar. “Los padres existen, tienen un papel al igual que las mujeres. Desde la historia hay mucho que decir porque también son protectores, pero sabemos mucho menos de ellos”.

Para esta primera Jornada de mayo se contempla la participación de dos invitadas extranjeras, la Dra. Susana Sosenski (UNAM) y la Dra. Elena Albarrán (Miami University), quienes ofrecerán desde sus propias experiencias un aporte al debate sobre los desafíos teóricos y metodológicos para la investigación en nuestro país.

Para finalizar, frente a la pregunta ¿Qué queremos? Niños más desarrollados o más felices. Zárate concluye es probable que la sociedad actual apuesta por niños más desarrollados y felices, pero sin duda, a mediados del siglo XX la gran pregunta era que hacer para que sobrevivieran al primer año de vida.  No obstante, Zarate nos recuerda que también es importante documentar procesos muy bellos y logros que destacan  en la historia de los niños. Hoy hay mayores grados de bienestar y tienen más oportunidades. ¿Cómo llegamos a este punto? La historia puede ayudar a develar el paso a paso.
Soledad Zárate

 

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