¿Por qué?

Vivimos en un mundo definido por la velocidad de los cambios. Un mundo que necesita cada vez más de ideas, de pensamientos, de valores humanistas, de la empatía. ¿Cómo dotamos de significado a los cambios de hoy?
Quienes se desenvuelven en las Humanidades y en las Ciencias Sociales suelen ser quienes plantean las preguntas esenciales. Los que cuestionan el status quo. Los que, en medio del vertiginoso ritmo de la inmediatez, de los resultados, de la productividad, se preguntan por el sentido de lo que hacemos, el sentido del ser humano.
¿De qué modo participamos en la globalización si no comprendemos quiénes somos y qué es aquello que nos hace singulares como personas, como ciudadanos, como nación? Sin las Humanidades no es posible traer al presente las lecciones del pasado, ni comprender mejor lo que nos hace humanos a través del arte y otras manifestaciones de la cultura, ni dotar a los acelerados cambios científicos y tecnológicos de un marco ético. Sin las Ciencias Sociales -como la Economía, la Sociología, la Geografía-, no es posible transformar el crecimiento económico en verdadero desarrollo: aquel que, más que riqueza, lo que crea es una sociedad equitativa, justa, creativa, humana.
Textos y entrevistas del sitio: Carmen Sepúlveda, periodista.

¿Qué significa fortalecer la educación pública?

Agosto, 2016 | Calidad de vida, Educación

Eduardo Silva S.J.

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El rector de la Universidad Alberto Hurtado, Eduardo Silva S.J. entrega una profunda reflexión de lo que debe ser una educación pública. Desde su vereda reconoce que el aporte público que prestan las universidades es muy diverso y que “lo público” no es lo mismo que lo estatal.

En revista Mensaje el rector de la Universidad Alberto Hurtado, Eduardo Silva S.J entregó su postura al proyecto de Reforma a la Educación Superior, aquí analiza los puntos centrales del debate nacional y sostiene que hay algunas universidades privadas que son candidatas a no ser universidades o a dejar de serlo: “si lucran, si los dueños impiden la libertad de cátedra, si su calidad es baja, si no tienen formas de participación, si seleccionan por razones económicas y no por la capacidad y los talentos”.

-El proyecto de reforma a la educación superior presentado al debate legislativo tiene tres objetivos: un marco regulatorio, una propuesta de financiamiento y una intención de fortalecer la educación pública.

-La pugna entre privadas y estatales, la lucha por que el financiamiento sea solo para éstas últimas, incurre en una falacia de principio y en otra de hecho. De principio, pues es binario y reductivo juzgar sólo con la oposición entre el Estado y el mercado, de modo que sacar el mercado de la educación signifique el privilegio de lo estatal.

-Además, del estado y el mercado, existen la sociedad civil y algo todavía más amplio, que es el espacio público. Las universidades forman parte de éste, y por ello es un gran error pretender que lo público sea sinónimo de lo estatal.  Lo que necesitamos es el mutuo reconocimiento del aporte público que prestan universidades diversas.

-Las universidades estatales deben ser públicas por definición, pero pueden no lograrlo todavía plenamente. Por ejemplo, por no tener una acreditación suficiente, no haber alcanzado niveles de investigación adecuados, estar capturadas por controladores internos (un grupo de académicos) o por controladores externos (el gobierno regional). Características que se dan todavía en algunas estatales y las alejan de ser acabadamente una universidad pública. Las universidades no estatales también deben ser públicas para ser universidades. Algunas lo son plenamente. Creo que es el caso de las nueve no estatales del CRUCH (Consejo de Rectores de las Universidades de Chile). “Hay algunas privadas que son candidatas a no ser universidades o a dejar de serlo: si lucran, si los dueños impiden la libertad de cátedra, si su calidad es baja, si no tienen formas de participación, si seleccionan por razones económicas y no por la capacidad y los talentos”. Esto lo repites en la primera cita, es la misma idea

-El carácter público se da mejor cuando las respuestas indican que garantizan la búsqueda desinteresada de la verdad, pues las otras áreas tienen otros intereses y buscan bienes particulares, solo en ellas se da el pluralismo abierto sin el cierre que implicaría tener determinadas convicciones.

-Los dueños: Todos, estatales y no estatales, necesitamos un gobierno corporativo que nos defienda de las eventuales arbitrariedades del dueño. Las estatales respecto al Estado, las no estatales respecto a su fundador.

-No existen universidades neutras. Una universidad creada para el desarrollo del país o para fomentar la integración o para potenciar el arte o la formación inicial de profesores, es un proyecto intelectual con objetivos particulares. No existe el “no lugar” o lo neutro. Esa es una rara pretensión de lo estatal.

-Toda universidad debe ser laica: también las universidades católicas. No hay que confundir lo laico con lo no religioso. Toda universidad debe ser laica pues reconoce el pluralismo de las distintas concepciones del bien, sin imponer ninguna de ellas. Sería un contrasentido, tanto el que una universidad estatal propiciara lo no religioso o un laicismo antirreligioso.

Rector Eduardo Silva.

“¿Qué significa fortalecer la educación pública?”.
Eduardo Silva S.J.,
Rector de la Universidad Alberto Hurtado
Leer artículo Revista Mensaje, Agosto 2016.

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